Según Aristóteles «El alma es aquello por lo que vivimos, sentimos y pensamos.» En esa definición entra mi familia, la que lo significa todo y la que hace que mi vida tenga el sentido que ahora tiene. En esa vida existe un antes y un después personal y hasta profesionalmente desde que juntos, Eduardo y yo, creamos nuestra familia y desde el momento que decidimos emprender juntos un camino de compromiso.
El alma es la esencia, tan difícil de definir. Me cuesta mucho definirme. lo intento, venga va… Creo que soy esencialmente familiar, social, comunicativa, aprendedora, intensa e indagadora entre otras muchas cosas.
Aspiro a través de mi vida a crecer, me da mucho miedo encogerme, volverme pequeñita a la vez que me voy arrugando, aspiro a ser mejor persona y a llegar a descubrir todo mi potencial, soltar lastre y conocerme a mi misma lo suficiente para valorarme en justa medida y conquistar esas parcelas que me parecen una utopía, de seguridad y confianza. Soy un alma en proceso de construcción. Como decía Juan salvador Gaviota «Pero yo no tengo ningún deseo de ser líder. Sólo quiero compartir lo que he encontrado» y siento que aún no he llegado a donde quiero ir ni estoy en el lugar al que pertenezco, pero no me siento incompleta, tan solo inacabada…