El corazón es el motor de nuestro cuerpo y simbólicamente se define como el centro de nuestras emociones y sentimientos.
Poner el corazón en lo que haces implica una actitud y una predisposición particular de ver la vida. Poner corazón en las personas o en aquello que se hace es hacer las cosas con cariño, ser detallista y meticulosa y te permite ser tremendamente creativa, porque quien pone el corazón en su trabajo no persigue sólo objetivos, sino que disfruta del proceso, y deja su impronta a la vez que aprende con ello.
Poner el corazón, sentir afecto hacia las personas con las que convives con las que trabajas, o interactúas, ser capaz de comprometerte, o de preocuparte por quienes te rodean lo cambia absolutamente todo. Pero …¿Te habías planteado lo difícil que es construir vínculos sólidos con las personas que llegan a tu vida?
Todo parte de una sencilla premisa : el corazón es muy grande y en el caben todas las personas a las que queremos…