Los vídeos como tarjeta de felicitación navideña.

De pequeña me encantaba recibir al cartero, lo esperaba con impaciencia para ver qué tarjetas nos traía, qué sobres y desde dónde venían, quién se había acordado de nosotros, y cada navidad, con el paso de los años, de muchos años, aunque ya no con tanta agitación infantil, si que año tras año me alegraban mucho esas felicitaciones que eran parte del cariño y la memoria de quienes más lejos estaban geográficamente pero más cerca en el corazón y también de quienes, conociéndome, sabían lo mucho que me gustaba recibir tarjetas, y no sólo de navidad, el mejor souvenir que alguien podía hacerme cuando iba de vacaciones era una tarjeta enviada desde el sitio al que hubieran ido. Aún las guardo como un tesoro en una caja grande de latón ¡y tengo de los países y sitios más curiosos! La ilusión al recibirlas era doble, una por que me encantaba colecionarlas y otra porque el recibir aquel trocito de cartón con sus mensajes a la vista de todos, me decía que quien la enviaba había tenido un ratito para acordarse de mí, bueno tres, uno para  escoger la tarjeta, escribirla y enviarla. ¡Todo un protocolo de intenciones!

Aunque vuelve a ser tiempo de navidad, ya no es tiempo de tarjetas y los mensajes navideños suelen ir enlatados en formato jpg o gif y siempre por WhatsApp y a cuenta del marketing. Muchos de ellos son preciosos, graciosos o muy ingeniosos, pero el encanto de lo personal ya se ha esfumado.  Con esto  que escribo no estoy señalando a nada ni a nadie. Yo tampoco las escribo ni las envío.  Con la modernidad y las nuevas tecnologías invento historias en mp4 o AVI para felicitar a cuenta de las publicaciones y así he reunido unas cuantas que comparto aquí. Nunca serán como esas postales de navidad pero están hechas con tiempo, amor y cuidado, como los libros de los que hablan.