El cielo de mi confinamiento.
Un vídeo con fotos de 70 días de confinamiento en el que cada mañana al levantarme tomaba una foto del Cabo de Gata con mi pita de testigo. También hice alguna al atardecer, al anochecer e incluso la noche de la super luna que me dejó fascinada.
Curiosamente, y aparte de los amaneceres y atardeceres, que según desde donde son espectaculares, los cielos de Almería suelen ser claros y despejados, azules, muy bonitos pero repetidos, o al menos eso creía yo, o al menos esta primavera no. El cielo cada mañana se engalanaba de nubes caprichosamente diferentes y hacía de cada día una promesa mudable, provisional, pero distinta, pese al encierro y la rutina autoimpuesta. Es ese cielo el que ha conseguido sacarme de la cama cada mañana y que los días no se parecieran, el que me ha dado también la paz que el navegante le pide al cielo, que decía Andrés Bello.
Mercedes Moya 